
La podemos denominar comida inmunizante y es uno de los trucos para alimentar nuestras defensas. Mediante la dieta podemos fortalecer nuestro sistema inmunitario y así combatir resfríos, gripes virales e infecciones que nos pueden afectar debido a los cambios de estación o cuando nos encontramos en épocas frías, como el invierno.
Los trucos para alimentar las defensas no son tan difíciles de llevar a cabo. Tan solo tenemos que hacer un cambio en nuestra dieta, introduciendo esta gama de alimentos ricos en vitaminas de manera variada y equilibrada. Una dieta variada debería contener la mayor diversidad de alimentos y vitaminas posibles. Esto beneficiará nuestra salud. Si sufrimos resfriados recurrentes, introducir estos alimentos nos permitirá prevenirlos a tiempo. En el caso de que ya nos encontremos padeciéndolos, nos ayudarán a recuperarnos lo antes posible.
El primero de los trucos para alimentar las defensas es comenzar a introducir en la dieta alimentos ricos en vitaminas, sobre todo, ingerir 3 vitaminas esenciales:
- Vitamina C: La podemos encontrar en los cítricos, las coles, paltas, los kiwis o las hojas verdes. Esta vitamina estimula las funciones del sistema inmunitario.
- Vitamina E: Está presente en las almendras, las avellanas, el maní, las semillas y el aceite de girasol, el aceite de germen de trigo o el brócoli. Esta vitamina potencia la respuesta inmunitaria para combatir infecciones.
- Vitamina A: laa puedes encontramos en la leche y derivados, la zanahoria, la calabaza, la papa el tomate, entre otros. Esta vitamina ayuda a prevenir enfermedades infecciosas.
- Consumir hierro, cobre y zinc: muchas personas sufren anemia por un déficit de hierro. Si este es tu caso, seguro que en tu dieta no están presentes alimentos como las legumbres, los frutos secos, las carnes rojas, el hígado, las espinacas o la yema de huevo. Estos son muy necesarios para alimentar tus defensas. El hierro favorece la proliferación celular para que responda ante cualquier posible virus o infección que se adentre en nuestro organismo. En el caso de que lo tengamos bajo, la respuesta inmunitaria disminuirá, por lo que nos encontraremos más expuestos a contraer enfermedades. Por otra parte, el cobre lo podemos encontrar en las pasas, ciruelas, las aves o las ostras. Su importancia radica en que es un agente antiinflamatorio y antiinfeccioso. A este tipo de alimentos no le debemos dar una alta prioridad, ya que el cuerpo necesita una cantidad muy baja de cobre para ayudar a las defensas. Por último, el zinc tiene un papel muy importante en la actividad enzimática. Podemos encontrarlo en las semillas de sandía o de calabaza, también en los garbanzos, el maní o la harina de sésamo.
- No olvidarse del Omega 3 y del Selenio: el omega 3 es un tipo de grasa poliinsaturada que el cuerpo no puede producir por sí solo. Por lo tanto, tenemos que consumirla a través de determinados alimentos. Los alimentos más ricos en omega 3 son las semillas de chía, las nueces, el aceite de linaza o pescados como el salmón. El omega 3 ayuda a reducir el colesterol malo (LDL) y tiene un efecto antiinflamatorio. El selenio es un gran desconocido, pero, su deficiencia puede favorecer el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. Por este motivo, es importante consumirlo en su justa medida. Lo podemos encontrar en alimentos tan beneficiosos como la avena o el arroz integral.