¿Cómo es la dieta alcalina?

Para entender cómo funciona la dieta alcalina o diet del pH, se aconseja primero informarse sobre conceptos básicos: pH, ácidos y álcalis (o bases). Un ácido es una sustancia con efecto corrosivo por un mecanismo químico llamado cesión de iones (como sucede al poner un pedazo de carne o una moneda en una gasesosa: al cabo de unos días la carne y la moneda se oxidan por la acción ácida de la gaseosa).Una base protege de los ácidos. Así, por ejemplo, el jugo de papa calma los dolores de la hiperacidez gástrica y la leche fresca neutraliza la agresividad de los ácidos.

Generalmente, los ácidos tienen, como su nombre lo indica, sabor ácido y las bases, sabor dulce. Pero el sabor no es un dato infalible: el azúcar y los cereales no son ácidos al gusto y sin embargo son alimentos muy acidificantes; o lo contrario, el limón, de sabor ácido, es un excelente alcalinizante. La medida del grado de acidez o alcalinidad de una sustancia es el pH y varía en una escala que va de 0 a 14. El pH 7 es el equilibrio entre ambas: el famoso «pH neutro». Por debajo de 7 estamos en un entorno ácido y por encima de 7, en uno básico.

Nuestro organismo funciona de manera óptima en un pH sanguíneo ligeramente alcalino, de 7,39. La enfermedad aparece tan pronto nos encontramos en acidosis como en alcalosis aunque, por la alimentación y el estilo de vida actuales, lo más común es entrar en acidosis. Cuando el organismo se acidifica, enfermamos, por or la alteración del funcionamiento de las células, por la agresividad de los ácidos, sobre todo en los órganos encargados de su eliminación, como la piel, los riñones y los pulmones. Por eso, pueden aparecer eccemas, urticaria, prurito, enrojecimientos de la piel por acidez excesiva del sudor, micciones dolorosas por orina muy ácida, cistitis, uretritis e infecciones respiratorias.

Por la desmineralización debida a la utilización de sustancias básicas de los tejidos para neutralizar los ácidos, como por ejemplo el uso de sales básicas de calcio del hueso para neutralizar la acidosis generada por las proteínas de la leche, pueden aparecer alteraciones en el esqueleto, los dientes, inflamación de las articulaciones, canas, cabellos sin brillo, pérdida de cabello, uñas frágiles, piel desecada y con fisuras y encías sensibles que sangran con facilidad.

Las personas acidificadas son a menudo frioleras, hipotensas, hiperreactivas, con tendencia a las crisis de hipoglucemia, debilidad del sistema inmune y aparición de infecciones recidivantes. Para protegernos de la acidosis se recomienda seguir una dieta alcalina, basada en el predominio de alimentos alcalinizantes sobre los alimentos acidificantes.

Los alimentos acidificantes son: la carne (más la roja y de cerdo que la de ave y cordero), el pescado (más el azul que el blanco), los mariscos, los huevos, los quesos (los más fuertes son más ácidos que los más suaves), la grasa animal, algunas grasas vegetales (aceites refinados, grasas trans), los cereales (integrales y refinados), alimentos a base de cereales (pasta, pan, galletas, facturas), las legumbres (más garbanzo, soja, que lentejas, guisantes y tofu), azúcar blanco, dulces, frutos secos (excepto almendras), gaseosas, café, té, cacao y vino.

Los alimentos alcalinizantes son: la papa, las hortalizas verdes, hortalizas coloreadas como la zanahoria y la remolacha, el maíz, la leche, la manteca las bananas, almendras y nueces, castañas, frutos pasos (orejones, dátiles, higos, pasas de uva), el agua mineral alcalina, las aceitunas negras, el aceite de oliva de presión en frío, la palta, los germinados, sal, algas, especias verdes.

Además, existe un tercer grupo: los alimentos ácidos que pueden alcalinizar el medio interno según las características metabólicas individuales: yoghurt, kéfir, limón y cítricos, frutos del bosque, las frutas dulces (melón y sandía), hortalizas ácidas (tomate, berr), jugos de frutas y de limón, miel, vinagre.

Las claves de la dieta alcalina

  • Cada comida debe estar constituida por alimentos alcalinizantes en mayor proporción que los alimentos acidificantes.
  • Hay que adaptar las proporciones a las circunstancias y las capacidades metabólicas de cada persona, es decir, consumir los alimentos ácidos cuando el organismo está preparado para ello: por ejemplo, para las personas llamadas “metabolizadores débiles” es mejor consumir la fruta por la tarde, cuando su metabolismo funciona a pleno rendimiento y tiene la capacidad de eliminar sus componentes ácidos sin problemas.
  • Debemos dejar tiempo suficiente para hacer frente a un aporte extra de ácidos, por ejemplo tras un gran comida o los excesos, para que sean reconstituidas las reservas de bases que neutralizan los ácidos.
  • Debe incluir una parte de alimentos frescos en forma de ensaladas y fruta fresca diariamente, porque en la cocción de los alimentos aumenta su potencial acidificante.

Vivimos en una época en la que la acidosis es frecuente debido a los hábitos de alimentación y el estilo de vida. La abundancia de azúcar, productos lácteos, alimentos procesados, harinas refinadas, bebidas gaseosas, excitantes como el café, el consumo de alcohol, los medicamentos y la escasez de alimentos que alcalinizan, como las verduras y las hortalizas, favorecen la acidificación del medio interno. Si sumamos que vivimos corriendo d euna lado a otro, el estrés, pasamos mucho tiempo en ambientes cerrados o vianjando, dormimos mal, estamos nerviosos y con malhumor, existe mucho sedentarismo… entonces, tenemos como resultado un «cóctel» perfecto para que surjan una multitud de enfermedades ocasionadas por la acidificación.

Cuando esto ocurre solo puntualmente, las bases cedidas pueden ser reemplazadas por aportes alimentarios ricos en minerales básicos. Cuando la usurpación de bases se hace de forma regular, las reservas de bases se agotan y se produce la desmineralización de los tejidos, el daño de los órganos de limpieza y el agotamiento del sistema. Podremos emplear recursos naturales (plantas medicinales diuréticas y sudoríferas o preparaciones minerales básicas como el coral calcio o el bicarbonato), pero lo más importante será detener el flujo de ácidos al organismo y seguir un estilo de vida y una dieta alcalina sostenibles a largo plazo.

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