
Aunque mucho se habla sobre la importancia del hábito de desintoxicar el cuerpo, realmente son muy pocas las personas que saben cuándo conviene realizarlo.
El organismo cumple sus propios procesos de depuración, a través de órganos como el hígado, los riñones y el colon. Sin embargo, a veces debemos darle un apoyo extra para que trabaje sin dificultades. Cuando el organismo acumula demasiadas toxinas se producen una serie de síntomas por el mal funcionamiento de los órganos excretores. Existen muchas fuentes de toxinas que pueden interferir en nuestra salud. Los malos alimentos, la contaminación y los productos químicos son algunos ejemplos. Como consecuencia, el cuerpo se sobrecarga y empieza a tener dificultades físicas y mentales. Es por esto que, ante cualquier síntoma inusual, es primordial tomar medidas al respecto.
Los órganos excretores del cuerpo tienen la capacidad de filtrar de forma continua la sangre para remover los desechos que pueden afectar la salud celular. Cuando llevasmos un estilo de vida sedentario acompañado con una mala dieta, estos procesos se ralentizan o no se cumplen de forma óptima. Por razones obvias, una vez empiezan a fallar, se desencadenan consecuencias negativas. Las toxinas viajan a través del cuerpo por el torrente sanguíneo y causan múltiples descontroles. De hecho, muchos de los malestares que nos suelen aquejar tienen su origen en esta situación. Aunque siempre es bueno evaluarlos, algunos se solucionan después de una desintoxicación.
Detectar cuándo necesitamoss desintoxicarnos puede evitar problemas de salud más graves. Si nuestrocuerpo está mandando señales, no debemos dudar en adoptar un plan seguro de depuración.
¿Cuándo es necesario desintoxicar el organismo?
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Cansancio o agotamiento
Si dormimos las horas suficientes y no tenemos ningún trastorno del sueño, lo normal es que tengamos un buen nivel de energía. Si a pesar de esto nos sentimos coo «agotados», es momento de considerar una desintoxicación.Una fuerte sensación de fatiga y somnolencia durante la jornada activa puede indicar que el cuerpo está reteniendo demasiados radicales libres.
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Dolores de cabeza
El dolor de cabeza es un síntoma que se puede manifestar por muchos problemas de salud. Por lo tanto, si son demasiado recurrentes lo mejor es acudir al médico para recibir una evaluación. Sin embargo, si aparecen de repente, sin motivo aparente, pueden estar relacionados con la acumulación excesiva de desechos en la sangre. Las partículas volátiles de algunos químicos, los alimentos procesados y el humo son algunos de los irritantes que desencadenan esta reacción.
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Dificultades para concentrarse
Las dificultades en la concentración, como los demás síntomas, pueden tener muchos orígenes. A pesar de ello, es bueno considerar si todo tiene algún tipo de relación con las toxinas. Si hace poco estuvimos expuestos al alcohol, el cigarrillo o a una mala alimentación, es necesario adoptar un método de desintoxicación para aliviar el malestar. Las sustancias que contienen, aunque parecen inofensivas, interfieren sobre la salud circulatoria y cerebral, minimizando la capacidad para pensar y concentrarse.
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Mal aliento
Si sufrimos una halitosis que no conseguimos controlar con los hábitos de higiene normal, hay que tomar cartas en el asunto. La dificultad para controlarlo puede provenir de un problema en el hígado por el exceso de toxinas. Aunque lo podamos disimilar momentáneamente con algunos enjuagues, la forma correcta de controlarlo es con una alimentación depurativa, rica en frutas y vegetales.
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Exceso de gases
La manifestación de un exceso de gases en el cuerpo, ya sea mediante flatulencias o eructos, es una señal que puede alertar una acumulación excesiva de desechos. A pesar que este síntoma es propio de cualquier enfermedad digestiva, en ocasiones su origen son las alteraciones que sufre el pH de tu cuerpo por el exceso de acidez y toxinas.
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Digestiones lentas
Que las digestiones sean lentas puede tener muchos motivos. No obstante, hay una gran cantidad de veces en que se deriva de la retención excesiva de toxinas. Cuando el hígado y colon no trabajan bien, porque hay muchos desechos o porque están fallando, los procesos digestivos se vuelven notoriamente lentos. Como consecuencia, experimentamos más episodios de estreñimiento y suolemos sentir tu abdomen inflamado.