
Existen 2 tipos o modos en cómo reacciona nuestro cuerpo frente a diferentes situaciones externas. Uno de ellos se lo conoce como estrés menor también merece nuestra atención, el mismo también puede implicar importantes riesgos.
El estrés diario, estrés menor, como se lo define está relacionado con las contrariedades cotidianas, con las demandas externas o internas que nos resultan irritantes, frustrantes y estresantes que, en cierto grado, caracterizan las transacciones de cada día con el medio ambiente.
Este tipo de estrés menor podemos incluirlo en problemas molestos de tipo práctico, como perder cosas, el embotellamiento y hechos fortuitos como las inclemencias del tiempo, las discusiones, las decepciones y los problemas económicos y familiares.
Es importante hacer énfasis en la gran relevancia que tiene el estrés diario para nuestra salud, ya que dicha forma de estrés (que suman a los sucesos vitales estresantes y el estrés crónico), podría generar mayores riesgos, sobre todo a largo plazo, para la salud tanto física como psicológica, que por ejemplo los mencionados sucesos vitales estresantes (sucesos mayores), a los cuales les damos una mayor importancia debido al grado de impacto negativo que nos causa cuando los experimentamos.
¿Por qué consideramos menos importante al estrés diario o sucesos menores?
Esta clase de sucesos, tienen lugar con más frecuencia y son menos prominentes que los sucesos mayores (accidentes, acontecimientos catastróficos, etc), es decir, son mucho mejor aceptados por la gran mayoría de personas porque nos resultan más familiares, y además las consecuencias que conllevan en el momento de ocurrencia o a corto plazo, no suelen poner en peligro ni amenazar a la integridad de la persona.
Debido a esto, las personas, inducimos un menor grado de acciones compensatorias, lo que se refiere a que no ponemos en marcha estrategias de solución de problemas o de afrontamiento y en caso de llevarlas a cabo, estas estrategias no son elaboradas. A causa de ello, es posible que sea más arriesgado para nuestra salud y calidad de vida. Tal vez un aspecto importante para que se produzcan las consecuencias negativas del estrés diario es la acumulación de experiencias negativas, sobre todo si esta acumulación se da en periodos de crisis personal o se dan pocas contrariedades pero de forma muy reiterada.
Las características personales de cada individuo juegan un papel importante tanto en la percepción como en la experimentación del estrés diario, pudiendo determinar éstos, el grado de impacto del estrés en nuestra salud. Así como también es importante el propio estado de salud general del individuo.
El estrés diario tiene un gran poder predictivo para la perturbación de la salud y particularmente de trastornos o enfermedades crónicas. Por el momento, los estudios que dan cuenta de la relación entre el estrés diario y salud indican que puede afectar al nivel de síntomas de ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos, quejas somáticas y psicológicas generales, sistemas cardiovasculares, respiratorio, gastrointestinales, músculo-esquelético, artritis reumatoide, migrañas, enfermedades infecciosas, entre otras. Se podría decir que los sucesos menores afectan a todas las dimensiones de la salud lo que podría suponer un deterioro de la calidad de vida progresivamente.