
La lisina es un aminoácido esencial que el organismo necesita, entre otras cosas, para que el calcio se absorba adecuadamente. Su ingesta es sumamente importante. Reciben dicho nombre ya que el cuerpo no puede producirlos sino que debemos ingerirlos a través de la alimentación.
Particularmente, la lisina es fundamental porque ayuda al organismo a:
- Absorber calcio: la lisina es uno de los tres aminoácidos que forman el colágeno, uno de los principales componentes de los huesos. Además, según algunos estudios, ayudaría a que el calcio se absorbiese correctamente y disminuiría su excreción a través de los riñones.
- La cura de heridas: Ya hemos mencionado el papel de la lisina en la formación de colágeno. Esta proteína tiene un papel preponderante en la piel y los huesos. Por este motivo, algunos estudios señalan que la lisina podría ayudar a curar heridas al aumentar el número de células nuevas y la formación de vasos sanguíneos.
- Proteger contra el herpes labial: El herpes labial es causado por el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y puede aparecer frente a una situación de estrés o cuando el sistema inmunológico está debilitado.Según las conclusiones de algunos estudios, se infiere que la lisina bloquea la arginina que el HSV-1 necesita para multiplicarse, reduciendo de esta manera la duración de la úlcera en la boca.
- La resistencia a la insulina: En el año 2009, un pequeño estudio sugirió que el consumo de lisina podría mejorar el perfil de la glucosa en personas con diabetes. La información no es concluyente y se necesitan más estudios al respecto .
- Bloquear el estrés y reducir la ansiedad: Una investigación sugirió que la suplementación con lisina podría ayudar a reducir la ansiedad y los niveles de estrés, mientras que otro estudio concluyó que las mujeres que habían consumido harina enriquecida con lisina durante tres meses tenían niveles de cortisol más bajos que con su dieta habitual.
Alimentos ricos en lisina
- Legumbres: por su gran aporte de proteínas, las legumbres deberían formar parte de la alimentación habitual, consumiéndose entre dos y tres veces por semana. Además, aportan lisina, hidratos de carbono, fibra, calcio, potasio, zinc y magnesio. Incluye en tu dieta productos hechos a base de soja, como tofu o leche, lentejas, frijoles y hummus.
- Vegetales: como las patatas, las remolachas, los puerros y los pimientos verdes y rojos.
- Frutas: como el aguacate, los tomates, los mangos, los albaricoques y las peras.
- Nueces, semillas y granos: entre ellas destacan la quinoa, los pistachos, las semillas de calabaza, los anacardos y las nueces de macadamia.
- Pescado, ostras, camarones y caracoles.
- Huevos.
- Yogur, leche y mantequilla.
- Carne de vaca, cerdo y pollo.