
La poca variedad de nutrientes y la baja ingesta de frutas y verduras producen lo que se conoce como «hambre oculta» no se ve ni da síntomas, pero impacta en el funcionamiento general del organismo. El gran problema del hambre oculta es que no se ve. Es más sencillo, por la sintomatología que presentan, diagnosticar patologías como obesidad o desnutrición. Lo curioso es que estas carencias se dan en poblaciones con disponibilidad de alimentos, no dependiendo solo de factores económicos.
Una de las razones detrás de la poca variedad de alimentos en la dieta argentina son los hábitos culturales: el argentino tiene una fuerte cultura de la carne y de lo rápido. Es mucho más sencillo tirar un bife en la plancha que cocinar lavando las verduras y fraccionándolas artesanalmente con paciencia, como sucede en la cultura oriental. La dieta argentina en general se caracteriza por un bajo consumo de hortalizas, frutas, legumbres, cereales integrales y un exceso de consumo de cortes grasos de carne, harinas, azúcares y sodio. El perfil nutricional de los argentinos también empeora por un consumo de frutas y verduras por debajo de la mitad de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Quiénes son más propensos a presentar déficit de algunos nutrientes?
- Dietantes: todo plan alimenticio de menos de 1200 calorías diarias trae aparejado inevitablemente carencias de micronutrientes.
- Aultos mayores: viven solos, su poder adquisitivo desciende, padecen cambios fisiológicos que comprometen la digestión y absorción de nutrientes y pierden interés por la alimentación. En ocasiones, no pueden comprar alimentos por sus propios medios o dedicarle mucho tiempo a la cocina.
- Grupos de personas con regímenes alimentarios estrictos: por su poca variedad de alimentos, podrían encontrarse faltos de algunos micronutrientes esenciales.
- Hospitalizados: pacientes internados que ayunan porque se les realizan estudios, a los que no les gusta la comida que les ofrecen, o quienes por su condición van perdiendo peso, entre otros.
- Los trastornos alimentarios: algunos ejemplos son la bulimia y anorexia, los trastornos alimentarios no especificados y otros como la ortorexia, que es la obsesión patológica por ingerir comida considerada saludable.
- Los deportistas: es de suponer que los deportistas de élite están bien asesorados y monitoreados en términos nutricionales, pero existe un amplio universo de amateurs de alta exigencia que gozan de bajos niveles de seguimiento por parte de profesionales de la salud alimentaria.
Más allá de estos grupos, dada lo extendida de una dieta monótona en la Argentina, es esperable que gran parte de la población presente algún nivel de carencia de micronutrientes. Si hubiera que destacar cinco alimentos que no deberían faltar en la dieta por su aporte nutricional, sobresalen los frutos rojos, verduras como el brócoli, peces grasos como el salmón, atún o caballa, los cereales enteros de la quínoa, arroz yamaní o ciertos tipos de pan integral y los frutos secos como la nuez o la almendra. Algunos son antioxidantes, otros aportan grasas saludables y tienen beneficios para la prevención de enfermedades crónicas. El calcio aportado por los lácteos, además, es fundamental para la salud de los huesos.
A pesar de la relevancia de llevar una alimentación equilibrada y variada, existen varios factores del estilo de vida actual que atentan contra ese objetivo: ritmo apurado, la comodidad de los deliveries, la dificultad para comer en casa todas las comidas y no disponer del tiempo y la creatividad a la hora de cocinar. La comida rápida y los deliveries son muy prácticos y se ajustan a los ritmos apurados de la vida de hoy, pero atentan contra el objetivo de sumar equilibrio y variedad.
Sin embargo, es muy importante mejorar los patrones de alimentación, aumentando la variedad de comidas e intentando incluir al menos tres porciones de verduras y dos de frutas por día. También hay que sumar legumbres, elegir cortes de carne más magros, subir la ingesta de pescado, consumir aceites vegetales, beber ocho vasos de agua segura y limitar la ingesta de grasas saturadas y azúcares. Si todo eso resulta imposible, una alternativa es complementar la dieta con suplementos multivitamínicos y multiminerales.