
Del riego sanguíneo dependen la mayor parte de las funciones metabólicas y por tanto nuestro bienestar. El sedentarismo, la falta de ejercicio, la obesidad, una alimentación con exceso de grasas saturadas y azúcares, y el consumo de alcohol y tabaco son los enemigos declarados de la salud cardiovascular.
Hay plantas medicinales que favorecen el riego sanguíneo –algunas incluso a nivel cerebral–, combaten las arritmias, contribuyen a neutralizar la acción de los radicales libres, ejercen una acción vasoprotectora y previenen accidentes vasculares como la aterosclerosis, las tromboembolias y los ictus. Otras impiden o dificultan la formación de edemas, pues favorecen el retorno venoso y evitan o disminuyen la aparición de varices o hemorroides.
Las plantas ayudan a que uno se sienta mejor, pueden sustituir a los fármacos en tratamientos puntuales o prolongados para este tipo de dolencias y previenen la aparición de problemas vasculares. Estas son las más destacadas:
- Los frutos azules del arándano contienen antocianinas que favorecen la permeabilidad y resistencia de los capilares y mejoran el retorno venoso. Las hojas actúan como un potente diurético y astringente. El arándano constituye un remedio de primer orden en el tratamiento de los edemas por insuficiencia venosa, las varices, la flebitis y las hemorroides, así como para frenar las hemorragias nasales. Propiedades: Antiinflamatorio, antioxidante, antihemorrágico, tónico venoso, diurético, antiséptico urinario. Cómo se toma: Los frutos frescos al natural o en zumo, compotas… En jarabe o en decocción, de la que se toman varios vasos al día. Las hojas, en infusión, tintura o extracto líquido. Por vía tópica: La decocción de las hojas se emplea para friegas, lavados o baños parciales sobre el área afectada, en compresas o formando parte de pomadas, colutorios y colirios. Precauciones: Por su riqueza en taninos, debe evitarse en caso de gastritis y úlcera gastroduodenal.
- Trébol rojo: para evitar sofocos y jaquecas. Esta popular planta forrajera, es rica en isoflavonas, como la soja y la alfalfa, y destaca por sus bondades estrogénicas. Los herboristas lo recomiendan para combatir los sofocos y las sudoraciones nocturnas en la perimenopausia, así como para prevenir la osteoporosis. Favorece la irrigación sanguínea y es excelente para calmar las jaquecas y la pesadez en piernas y brazos. Combinado con plantas que refuercen su acción, contribuirá a bajar los niveles de colesterol LDL en las arterias. Propiedades: Antiinflamatorio, estrogénico, colerético, hipolipemiante, antisudoral, digestivo, diurético. Cómo se toma: En infusión (dos tazas al día), en tintura, jarabe o extracto líquido, el jugo de la planta fresca y en compresas sobre dolores artríticos y pesadez en las extremidades. Precauciones: Consultar con el ginecólogo si se están tomando estrógenos.
- El ginkgo (Ginkgo biloba) mejora la funcional neuronal y estimula la irrigación sanguínea cerebral. Se destina sobre todo a personas con más de 55 años que muestren síntomas de pérdida de memoria, y a ancianos que puedan manifestar problemas reiterados de insuficiencia cerebral, despistes continuados o que se hallen en las fases iniciales de un proceso de demencia. Las hojas de este longevo árbol son también muy adecuadas para tratar problemas de insuficiencia venosa, como flebitis, varices y hemorroides. Propiedades: Vasodilatador periférico, tónico venoso, protector capilar, vasoprotector, antiagregante plaquetario, diurético, antiinflamatorio. Cómo se aplica: En extracto líquido (unas 30-50 gotas diarias, con agua o zumo de frutas), en cápsulas, la infusión por vía oral (2-3 tazas diarias) o bien por vía tópica, en lavados, friegas y baños de asiento. Los efectos pueden empezar a percibirse a las tres o cuatro semanas de iniciado el tratamiento.

- Las hojas del olivo poseen reconocidas virtudes vasodilatadoras. Constituyen una de las herramientas más eficaces con que cuenta la medicina natural para tratar la hipertensión y prevenir la aparición de accidentes coronarios. También ayudan a combatir los excesos de colesterol LDL, que se acumulan en las arterias. Propiedades: Antihipertensivo, vasodilatador, antiarrítmico, hipocolesterolemiante, diurético, depurativo. Cómo se aplica: Lo más frecuente es en gotas de extracto líquido o hidroglicólico (unas 50-60 gotas al día, disueltas en agua o en zumo de frutas). También se toma en tintura y en infusión simple o mixta (dos tazas al día). Precauciones: Consultar con el médico si se están tomando fármacos para la tensión o la insuficiencia cardiaca a fin de evitar posibles interacciones.
- Entre las especias, la cúrcuma, que otorga parte de su color al curry, sobresale por su capacidad para mejorar la circulación sanguínea. Interfiere en la absorción de colesterol LDL, impidiendo que se formen depósitos de grasa en las arterias y favoreciendo su eliminación. Se indica para quienes hayan sufrido un infarto o una angina de pecho no aguda a fin de reducir las posibilidades de que se repita. La curcumina detiene el aumento de transaminasas o enzimas hepáticas y ejerce un claro efecto protector sobre el hígado. Contrarresta la acción de los radicales libres y demora la oxidación celular. Propiedades: Antiagregante plaquetaria, vasoprotectora, hipolipemiante, hepatoprotectora, colerética, antibacteriana, antioxidante, antiinflamatoria. Cómo se toma: Como especia culinaria, o bien en polvos, en decocción mixta, en tintura y en cápsulas. Precauciones: Conviene evitarla en caso de obstrucción biliar. Las personas con cálculos en la vesícula deben consultar con el médico antes de tomarla.
- El romero, tan conocido y aprovechado por la gente del campo, es una planta estimulante y reconstituyente. Entre ellas sus múltiples beneficios, se destaca la de estimular la irrigación sanguínea a nivel cerebral, combatir las jaquecas causadas por deficiencias de riego y por alteraciones hepatobiliares y potenciar la memoria y la capacidad de concentración, sobre todo en personas de edad avanzada. Resulta asimismo un buen aliado en caso de astenia, fatiga, debilidad y convalecencia. En uso externo, actúa como cicatrizante sobre heridas con sangrado y llagas ulcerosas. Propiedades: Estimulante del sistema nervioso central, antianémico, antiasténico, digestivo, antiinflamatorio, astringente, cicatrizante. Cómo se aplica: Las sumidades floridas se toman en infusión, hasta tres tazas al día antes o después de las comidas; en extracto líquido (50 gotas en tres tomas, mezcladas en el agua o el zumo de frutas), en cápsulas o comprimidos. Por vía tópica, la infusión se usa en lavados o para empapar compresas sobre heridas y llagas. El aceite esencial se usa en masajes en caso de debilidad y fatiga.
Cómo mantener las arterias sanas
- Llevar una dieta rica en fibra: las fibras solubles en agua que abundan en frutas, hortalizas y algas se unen a la bilis y el colesterol en el intestino y facilitan su eliminación.
- Las proteínas de origen vegetal contribuyen al control del colesterol, al contrario que las lácteas y las de muchas carnes.
- Comer grasas de calidad: aceite virgen de oliva, aguacates, nueces, semillas y aceite de lino aportan los ácidos grasos más adecuados para las arterias.
Para cuidar las venas
- Prevenir el sobrepeso y la hipertensión son factores de riesgo vascular.
- Evitar permanecer mucho rato de pie. Si el trabajo lo exige, caminar unos minutos cada media hora
- Practicar ejercicio físico de forma regular, aunque solo sea caminar una hora al día a buen paso. Circular en bicicleta por poca disposición que se tenga.
- Descansar un rato con las extremidades en alto cuando se regrese a casa o en un momento de inactividad laboral.
- Huir de la ropa ceñida, de los tacones altos y los zapatos inadecuados.
- Es preferible evitar la exposición prolongada a fuentes de calor.
- Seguir una dieta baja en grasas saturadas y sal, pero rica en frutas, verduras y legumbres.
- La hidroterapia con aplicaciones frías es excelente. La aromaterapia, los masajes o el yoga resultan también muy útiles.