
Las bayas de goji son pequeños frutos de color rojo intenso que provienen de arbustos originarios del Himalaya que concentran una gran cantidad de vitaminas y minerales.
Utilizadas desde hace miles de años en los países de Oriente, forman parte de la familia de los súper alimentos (se llaman así a los productos que concentran muchos nutrientes en poca cantidad de producto). Del tamaño de una pasa de uva y con un sabor levemente ácido (una peculiar mezcla entre arándanos y cerezas), en los últimos años su consumo creció considerablemente entre quienes siguen una alimentación natural.
Cultivadas generalmente en China, las frutas son recolectadas en mallas de bambú, transportadas, lavadas y secadas. Una vez deshidratadas, son envasadas al vacío para su comercialización. Se consiguen en almacenes naturales, dietéticas, páginas de Internet y en mercados especializados como el barrio chino y el mercado andino de Liniers en Buenos Aires.
Como cualquier otra fruta desecada, se puede comer directamente del envase o rehidratadas, es decir, activada en agua. Este es el proceso más recomendado ya que elimina cualquier suciedad y mejora su digestión. Se las pueden preparar en infusiones o agregar en sopas, licuados, smoothies de frutas y vegetales, granolas caseras, ensaladas, barritas de cereales, helados, cookies o budines.
Algunas de sus virtudes:
- Por su concentrado en antioxidantes, estimulan el sistema inmune y previenen el envejecimiento prematuro. De ahí su fama de alimento antiage.
- Tienen un gran poder revitalizador.
- Ayudan a reducir la glucosa en sangre y los niveles de colesterol.
- Ayudan a retrasar los procesos de envejecimiento y protegen contra enfermedades cardiovasculares, antiinflamatorias y cáncer.
- Contienen fibra alimenticia, la cual estimula el tránsito intestinal y brinda sensación de saciedad.
- Son fuente de minerales, entre ellos, calcio, fósforo, hierro y zinc y, de vitaminas B, C y E. Esto hace que sea efectivo para tratar problemas de la piel y el cabello.
- Aumentan la capacidad mental, la memoria y la concentración.
- Estimulan la producción de la hormona de crecimiento, previniendo el envejecimiento prematuro de las células.
- Contienen betacarotenos, un pigmento rojizo precursor de la vitamina A necesaria para el crecimiento, el funcionamiento del sistema inmunitario y la vista.
Pueden interactuar con medicamentos anticoagulantes como la warfarina. Tampoco están recomendadas para personas alérgicas al polen (por la proximidad del fruto a las flores), durante el embarazo y la lactancia.