
Correr es una actividad perfecta para muchas personas que buscan un ejercicio diario breve e intenso para mantenerse en forma. NA pesar de ello, es importante saber que correr y escuchar música, aunque lo hace más placentero, también puede comportar algunos riesgos.
Pros
- Más resistencia: Nos ayuda a mantener el ritmo que queremos seguir. Solamente tenemos que elegir la música adecuada, ya que nuestros pasos seguirán la base musical con facilidad. Incluso podemos prepararnos un listado de canciones que marquen diferentes tipos de velocidades para el trayecto. Cuando escuchamos, casi sin quererlo mantenemos ese ritmo al caminar. Por este motivo, es una buena manera de trabajar nuestra propia resistencia. Tampoco debemos excedernos, sino hacerlo de manera gradual.

- Nos aislamos del entorno: Correr y escuchar música puede suponer un riesgo importante para nosotros, ya que perdemos la capacidad de escuchar lo que sucede a nuestro alrededor. Un coche, un silbato, un grito… Cualquier señal de alarma quedará camuflada por la música que estamos escuchando. Esto es más peligroso todavía cuando corremos en un lugar urbano y, sobre todo, de noche. Una buena alternativa puede ser reducir el volumen de la música o bien ponernos solamente un auricular. En primer lugar, lo que debemos priorizar siempre es nuestra seguridad.

- Pérdida de atención: Al escuchar música no solamente perdemos la posibilidad de escuchar lo que pasa en nuestro entorno, sino que también se reduce nuestra atención. Esto sucede porque la música traslada nuestras emociones y nuestra mente a situaciones y recuerdos con una gran facilidad. Cuando corremos es fundamental estar atentos a todo lo que sucede, tanto si estamos en la ciudad como en plena naturaleza. En caso contrario, es posible que no podamos esquivar algunas complicaciones y también podemos perdernos cosas importantes.
- Falta de atención en nuestro cuerpo: En todo ejercicio físico, en especial si es de intensidad, debemos prestar atención a diferentes cuestiones imprescindibles: la respiración, la postura, el movimiento, etc. Es la única manera de sacar el máximo provecho del esfuerzo y, también, de prevenir lesiones. Al correr y escuchar música dirigimos nuestra atención a las canciones y es más difícil estar pendientes de nuestro cuerpo. Incluso el mismo ritmo de la música puede influir de manera negativa en nuestra manera de respirar.
En resumen
Debemos valorar tanto las ventajas como las desventajas de correr y escuchar música para decidir qué nos conviene más en cada momento. Si estamos muy acostumbrados a hacerlo, tampoco debemos cortar de repente. Podemos empezar por usar un auricular o probar de salir a hacer footing en compañía. Lo importante es seguir disfrutando de este buen hábito que tantos beneficios aporta a nuestra salud.