¿Saltar la soga es mejor que correr?

Saltar la soga y practicar running son dos de las actividades más antiguas para los seres humanos. La primera acción se remonta a 1600 AC. Los antiguos egipcios utilizaban lianas para llevar a cabo ese pasatiempo. Mientras que el acto de correr se efectuaba por los primeros hombres como método de caza o sobrevivencia.

Ambas actividades son beneficiosas para la salud, lo sabemos. Practicando ambas se puede lograr un gran desarrollo de la resistencia y, a su vez, nos mantendremos en forma. Pero, ¿cuál de ellas logrará hacernos quemar más calorías en un mismo espacio de tiempo?

Los Beneficios:

Saltar la soga tiene múltiples ventajas. La acción nos permite desarrollar las piernas, el abdomen, los brazos y la espalda. Este deporte es utilizado, además, para mejorar la musculatura, la coordinación y la resistencia. También fortalece los huesos y podría, inclusive, reducir el riesgo de osteoporosis. En cuanto a las calorías, saltar la soga durante 30 minutos te haría quemar aproximadamente 330 calorías. Una cifra considerable si recordamos lo simple de la acción.

Por otro lado, la práctica del running, ya conociendo los múltiples y diversos beneficios que esa acción conlleva, durante un espacio de 30 minutos y a una velocidad de 10 kilómetros por hora, nos hará quemar aproximadamente 270 calorías. Los resultados, en este aspecto, favorecen al salto con la soga. Quizá por eso determinadas disciplinas deportivas como el boxeo, el tenis y la natación, recurren a ella antes de la práctica de la modalidad propiamente dicha.

A la venta existen diversos tipos de soga. Están las de cuero o también las de material sintético, las largas y cortas y las anchas o delgadas. Lo ideal para principiantes es empezar con una cuerda que mida lo mismo que nuestros brazos extendidos -sin ser muy ancha- y diseño en cuero. Si es la primera vez que vas a saltar la cuerda, tené en cuenta que la práctica hace al maestro. Mientras más tiempo la utilices, tendrás mejores habilidades. Empezar en forma lenta e intentando ir salto a salto. Cuando la soga choque con el suelo, es el momento para exhalar aire y lo inhalamos mientras damos el giro. Acompañr el entrenamiento con música. Eso ayuda mucho a ir manteniendo el ritmo.

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