
El dolor de las articulaciones puede afectar distintas zonas del cuerpo, como las manos, pies, rodillas o caderas. A menudo viene acompañado con una sensación de rigidez y sensibilidad al tacto. También, puede reducir la capacidad de movimiento y la flexibilidad.
Reducir el dolor de las articulaciones es posible gracias al ejercicio físico. Si bien el reposo puede aliviarlo de forma momentánea, seguir una rutina de entrenamiento aumenta la movilidad y disminuye la recurrencia de este síntoma. Este hábito, que se puede practicar a cualquier edad, estimula la circulación sanguínea, previene la inflama ción y fortalece las áreas afectadas para minimizar la tensión. Además, ayuda a cuidar los cartílagos y ligamentos para prevenir trastornos como la artritis. Lo mejor de todo es que reduce la necesidad de usar analgésicos, ya que tiene un efecto relajante prolongado.
Su causa principal suelen ser los cambios que se producen con la edad. Sin embargo, algunos lo experimentan siendo jóvenes, ya sea por un traumatismo, sobrepeso o por hacer demasiados esfuerzos físicos. Otros posibles detonantes son: Predisposición genética, Malformaciones, Obesidad, Intervenciones quirúrgicas, Artritis y osteoartritis, Cristales de ácido úrico (gota), Tendinitis y bursitis, Distensión muscular y esguinces.
Las rutinas de ejercicio para reducir el dolor de las articulaciones pueden variar en cada persona. Si se trata de un dolor común, cualquier tipo de actividad física puede ser beneficiosa. Sin embargo, si hay lesiones o enfermedades, el entrenamiento debe estar adaptado a estas condiciones. Por encima de todo, lo idóneo es consultar al médico antes de adoptar cualquier plan de ejercicios para calmar el dolor. Después de las debidas evaluaciones, se pueden practicar actividades deportivas como las que se nombran a continuación.
Tipos de ejercicios que reducen el dolor de las articulaciones
1. Caminar
Caminar es la manera más simple de evitar los efectos del sedentarismo sobre la salud articular. Aunque no es el ejercicio más exigente, sí es una buena alternativa para reactivar la circulación, mejorar la movilidad y estimular la utilización de líquido sinovial. Lo ideal es hacerlo en diferentes grados de dificultad, en función de la condición física adquirida. También, es importante prestarle atención al calzado, pues unas zapatillas inapropiados pueden afectar la capacidad de amortiguación.
2 – Natación
Tanto la natación como los aeróbicos acuáticos tienen muchos beneficios. Estas modalidades de ejercicio son de bajo impacto físico y permiten tener un rango de movimiento controlado, lento y seguro. La resistencia que proporciona el agua contribuye a la formación de los músculos. Además, mejora la circulación de la sangre y disminuye la rigidez de las piernas, glúteos y parte superior.
3. Yoga
Desde hace muchos años se recomienda el yoga como modalidad de ejercicio para reducir el dolor de las articulaciones, especialmente cuando se deriva de trastornos como la artritis. Esta disciplina reúne una serie de posturas que reducen la rigidez y las dificultades circulatorias. Por otro lado, es una gran opción para combatir el sobrepeso y la pérdida de tono muscular. Esto aumenta la resistencia de las articulaciones y favorece la movilidad. Su ventaja es que cada rutina se puede adaptar a la resistencia física de cada uno.
4. Taichí
Se trata de una de las disciplinas alternativas para ejercitar el cuerpo con fines terapéuticos. Consiste en cambiar la postura a través de movimientos lentos y controlados que no sobrecargan ni tensionan las articulaciones principales. Con su práctica aumenta la absorción del líquido sinovial en el cartílago articular, lo cual disminuye el riesgo de desgaste prematuro. También, incrementa la flexibilidad y el equilibrio, dos claves para evitar posibles lesiones.
5. Ciclismo
Andar en bicicleta varias veces a la semana puede reducir el dolor de las articulaciones y el riesgo de lesiones. Este tipo de actividad cardiovascular combate el sobrepeso y aumenta el paso del flujo sanguíneo desde las extremidades inferiores hasta el corazón. A su vez, fortalece los músculos y aumenta la resistencia de las piernas. Sin embargo, puede ser poco recomendable a partir de cierta edad, sobre todo si la persona no está acostumbrada. En estos casos, la mejor opción es la bicicleta estática o clases de spinning.